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Alerta en la vitivinicultura: Norton pidió concurso preventivo de acreedores.

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La empresa lujanina arrastra meses de complicaciones financieras y solicitó la intervención de Justicia mendocina para asegurar la continuidad de la empresa y empleos.


El complejo panorama que enfrenta la vitivinicultura argentina y la situación de algunas empresas en particular ha dejado una alarmante novedad en Mendoza. Norton, una de las bodegas símbolo de la provincia, pidió ante la Justicia mendocina el concurso preventivo de acreedores.


Por medio de un comunicado, se supo que la compañía que arrastra varios meses de complicaciones económicas con atraso en la cadena de pagos y sueldos, cheques rechazados y cortes de proveedores terminó por declararse insolvente para evitar la quiebra.


Según explicaron, la bodega tomó esta decisión para mantener "su compromiso con sus colaboradores y la comunidad vitivinícola". Con la premisa de asegurar la continuidad de la empresa y preservar las fuentes de trabajo, optaron por declararse insolventes y evitar así el pedido de quiebra de alguno de los alguno de los acreedores, en un marco de contexto desafiante para la industria vitivinícola tanto a nivel local como internacional.


De esta manera, la empresa entrará ahora en un proceso que puede llevar largos meses, dependiendo de los tiempos de la justicia, donde buscarán arribar a un acuerdo con sus acreedores. El mismo llega luego de evaluar durante los últimos meses desde la nueva gerencia y con los accionista de Austria distintas alternativas de solución a la situación financiera de la empresa que no pudieron concretarse.


Como pudo saber este medio, el nivel de deuda que posee Norton actualmente es de moderado a grave, con una situación más compleja en la parte bancaria que con sus proveedores. Sin embargo, más allá de este desafiante panorama, las fuentes consultadas aseguraron que confían en que lograrán un ordenamiento de las cuentas y la conservación de las fuentes de trabajo, con el foco puesto en la recuperación de los mercados.


Según explicaron, este contexto es consecuencia de una situación macro, que involucra una caída en las ventas del mercado interno y las exportaciones que atraviesa la industria vitivinícola argentina, y un alto nivel de deuda propio de la empresa.


Los rumores de esta situación económica de la centenaria bodega ubicada en Luján de Cuyo comenzaron hace meses. A comienzos de este mes de octubre, ante la consulta , altas fuentes de la compañía reconocieron que existen algunas demoras en los pagos, pero que el trabajo está enfocado en subsanarlas lo más pronto posible.


En el medio, la operación de la bodega ubicada en el distrito de Perdriel, así como en sus fincas distribuidas en distintos puntos de la provincia, continúa con normalidad, según se pudo saber.


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